jueves, 8 de enero de 2009

Súper Combinación. Parte 2.

-Veo que te has despertado –dijo Sonny apenas me vio.
-Sí, es que sentí un bulto en mis piernas.
-El bulto era yo. –Mike le sonrió a Lam y se apuntó al pecho. Puse los ojos en blanco cuando Lam le celebró el “chiste”.
-Déjame ver –me pidió Sonny. Se sentó a mi lado y comenzó a revisar mi pulso, me hizo seguir una luz junto a su dedo… Cosas de médicos. Cuando terminó se quedó mirándome fijamente como Mike lo había hecho antes.
-¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?
-No. –Me respondió levantándose. Los tres hombres presentes se situaron a los pies de mi cama sin dejar de mirarme. Podía soportar a Sonny y a Lam, pero a Mike no. Tenerlo allí me provocaba nauseas.
-¿Qué miran tanto?
-¿Te acuerdas de lo que pasó antes de que te desmayaras? –me preguntó Lam.
-Creo… me dijeron lo del premio. ¿No?
-¿Y ya no te sientes tan mal como para que te sigamos explicando dado que hemos perdido unas tres horas? –esta vez Mike hablaba con un tono muy reprochador. Como si el desmayarme hubiera sido a propósito. Apreté los dientes.
-No fue mi culpa –mascullé mirándolo con furia. Él solo se rió. Cada vez que me enojaba con Mike, él terminaba riéndose, como si mi enojo le causara risa. Pues a mi no me hacia gracia.
-Sabemos que no es tu culpa, Yal. –Me calmó Sonny.
-Mike solo quería preguntarte si ya te sientes bien. Nada más. –Lo excusó Lam.
-Pues se hubiera limitado a preguntarlo de una vez, no tenía que agregar…
-Ya, ya, calma Ilim. –Dijo Mike sonriendo estúpidamente. - Ha quedado claro que no tenía la más mínima intención de molestarte. ¿Está bien?
-No. –Dije amurrándome. Sonny puso los ojos en blanco al mismo tiempo que Lam se acercaba a mí por mi lado derecho.
-¿Estarás estable si seguimos hablando?
-No, -se apresuró a decir Sonny. –No está en condiciones.
-Yo lo estoy. Me siente perfectamente.
Hubiera jurado que escuché al idiota murmurar “más le vale”, pero hice caso omiso a sus estúpidos comentarios que solo me hacían sentir más mal de lo que estaba. Lam trataba de convencer a Sonny de que no había tiempo, yo tenía que saberlo ya.
-¿Saber qué? –pregunté interrumpiendo la excusa de Sonny de que podía quedar más inconsciente de lo que ya había estado. Ambos me miraron. Entonces sin previo aviso Mike se puso a mi izquierda y me tomó de la mano. -¡¿Qué haces?! –le espeté con rabia, quitándole mi mano de inmediato.
-Está en perfecta condiciones –pronunció Mike. Con un desprecio despegué mi mirada de su fea cara y levanté una ceja para mirar a Sonny.
-Estoy bien, y no porque él –me costaba pronunciar siquiera su pronombre –lo haya dicho.
-Yal, acabas de recibir una conmoción grande, no creo…
-Sonny, vamos, he recibido peores cosas –y con mi mirada le indiqué a Mike, -creo que podré con esto.
-Bien –dijo exultante Lam, -presta atención a lo que Mike te va a decir.
-Ilim querida, gírate hacia mí por favor.
Juro que me tiritó el ojo. Lentamente me giré sin la menor intención de mirarlo. Cuando calculé que ya estaba bien, para que él me hablara, Mike me tomó de la barbilla y me levantó la cara.
-No me toques –mascullé casi en silencio para que Lam no escuchara.
-¿Qué dices? –preguntó de forma audible. Lo miré con fuego en mis ojos, preguntándome qué fue lo malo que le pude haber hecho para que me condenara de esta forma y no parara de hacer mi vida miserable cuando estaba a su lado.
-Nada, que comiences –le dije lo más suave posible.
Tenía ganas de llorar, pero no lo iba a hacer. Esperaría a estar sola y allí, a lo mejor, dejaba que mi cuerpo desahogara parte de su rabia, como lo hacía a menudo. Nunca en mi vida había llorado tanto antes de conocer a Mike Parodi. Nunca entendí porqué sus palabras siempre me molestaban tanto o porqué simplemente, él se tomaba las molestias de fastidiarme. Apreté los dientes y respiré hondo.
-Verás, Ilim cariño, encontramos algo en tu elemento S que nos causa mucha duda, pero a la vez demasiada excitación. –Su voz parecía la de un niño a punto de abrir los regalos de navidad. –Tu elemento, querida, es capaz de crear energía propia.
-Lo sabía… Mike –Si apenas pronunciaba su sobrenombre, lo de decir su nombre era un esfuerzo sobre humano.
-Lo que no sabes, es que si lo juntamos con la suficiente cantidad de iones de la electricidad normal, podemos crear energía natural… orgánica.
-Hay más de cinco energías naturales, sabelotodo. Está la energía solar, energía hidráulica, energía eólica, energía hidroeléctrica, energía geotérmica y mareomotriz. Especifica. –Le dije en tono burlón. Sin embargo ni él ni los demás se lo tomaron como broma.
-A ver, princesa.
-Ilim –le corregí. Prefería mil veces que me dijera por mi nombre a que me llamara por un apodo “cariñoso”, lo que menos quería en ese instante era sentir cariño por ese individuo.
-Princesa –continuó haciendo caso omiso a mi petición. –Vamos por partes. Nombraste siete energías, ¿Cuál podría ser?
Me concentré poniendo mi dedo pulgar en mi barbilla, como siempre lo hacía cuando pensaba o descifraba algo. De las siete que había nombrado las obviamente imposibles eran la solar, la eólica, la hidroeléctrica y le hidráulica tampoco ya que se necesitaba agua para esas y la mareomotriz menos puesto que se hace mediante las mareas del océano. La geotérmica se hace aprovechando el calor de la tierra y mi elemento era autosuficiente. Así que tampoco… pues ya no quedaba nada. Lo miré tratando de encontrar la respuesta en sus horribles ojos, pero nada. Cero idea.
-No se me ocurre, he ido descartando una por una y no me ha quedado nada…
-¿Descarte eh? –me dijo divertido.
-Creo…
-A ver Ilim, ¿por qué crees que estoy aquí?
-¿Aparte de ser un entrometido y que te encanta hacerme la vida miserable?.... No veo otra razón.
Mike suspiró.
-Mi área es la biología. ¿Cierto?
-Ajá.
-¿Qué elemento de mi área está involucrado en las energías?
-Pues todos.
-A ver, te lo pongo más fácil, ¿qué elemento, concerniente sólo a la biología humana está presente en éstas energías?
Entrecerré los ojos. La única de las energías de las que acabo de decir que se mezclaba, 100% con el ser humanos era la solar, y eso sí que era imposible. Lo miré por si me estaba gastando una broma, pero al ver su expresión supe que no. Entonces me volví hacia Sonny el cual estaba con las manos apretadas y a Lam que sonreía abiertamente.
Casi me desmayo de nuevo.
-¿Energía Solar? –balbuceé.
Y luego todo volvió a ser negro otra vez.

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